Título original: It Must Be Heaven
Director: Elia Suleiman
País: Francia, Canadá, Alemania, Turquía, Qatar, Palestina
Año: 2019
Estreno en México: 5 de Marzo de 2020 en FICUNAM, sin fecha de estreno comercial al momento.
Quienes han podido ver el cine de Elia Suleiman saben que el su estilo se conforma por un humor alejado de las convenciones y cercano al estilo de Buster Keaton, con una fotografía y colores dignos de una cinta de Wes Anderson, pero siempre con un mensaje escondido entre las desventuras del protagonista, quien es además el director.
En esta, su cuarta cinta, Suleiman nos habla sobre lo mucho que el mundo se parece entre si, sobre cómo parece que todos tenemos los mismos problemas sin importar en donde vivamos, y como a pesar de ello cuesta más trabajo entender nuestro lugar si estamos lejos de casa. Y eso es sólo lo que no se ve a simple vista.
Esta cinta comienza con Elia en su natal Palestina, su vida se limita a observar a su vecino robándole fruta de su árbol, escuchar las anécdotas extrañas de sus vecinos y contemplar el mar, una vida que puede parecer monótona, por lo que aprovecha que tiene una reunión en Francia con una productora de cine y viaja esperando encontrar algo emocionante que contar.
Aquí es donde la fotografía hace el truco, nos hace sentir la soledad, la alegría y nos hace reír en los momentos adecuados, compensando la casi nula existencia de diálogos de Elia, sello particular del estilo del director.
La música es efectiva y el guión está muy bien hecho, sabe cuándo lanzar una metáfora o cuando decirte algo directamente, quizá su único error es el hecho de que a pesar de ser una comedia en toda regla, va más encaminada hacia el cine contemplativo y por esto puede que no muchas personas se interesen luego de los primeros minutos, la recompensa es para aquellos que estén dispuestos a ponerle la atención debida durante su hora y media de duración.
Elia Suleiman nació para protagonizar sus propias peliculas, son sus expresiones y sus silencios los que te hacen estar atento a el, incluso las pocas ocasiones que habla te provocan una sonrisa, y al ser una comedia de desventuras te divierte ver cómo reacciona a lo que le ocurre y a lo que le dicen.
Mención aparte para Gael García Bernal, quien hace una breve aparición interpretandose a si mismo, siendo él quien te lanza un par de cuestiones importantes sobre cómo el cine norteamericano ve a los demás países, y termina definiendo de la mejor manera a nuestro protagonista ("Hace peliculas graciosas. Es el perfecto extranjero.").
Finalmente, cuando estás en los últimos minutos de la cinta estarás en la posición de nuestro protagonista, habrás visto lo que él y puede que te preguntes si estarías realmente dispuesto a cambiar tu estilo de vida o si prefieres quedarte donde estás, un lugar que de repente te parecerá lo más cercano al paraíso, y si llegas a esa reflexión, es porque Elia supo transmitirte su mensaje.
Calificación: 9.3/10; Hay ocasiones en que el silencio dice más que cualquier palabra, Elia Suleiman sabe esto y aprovecha para traernos una cinta que entre risa y risa te suelta un mensaje sobre cómo todos tenemos los mismos problemas, a través de mostrarnos como las cosas que ocurren en Palestina lucen como algo que podría pasar en cualquier parte del mundo. Una cinta que, si bien puede ser algo pesada para el público casual, te recompensa si decides darle una oportunidad.
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