miércoles, 25 de agosto de 2021

Candyman - Reseña


Dirección: Nia DaCosta

País: Estados Unidos

Año: 2020

Estreno en México: 26 de Agosto de 2021




En 1992 el cine conoció a un ser que solo pudo haber nacido de la mente del creador de Hellraiser, el gran Clive Barker. Un ser que solo podía invocarse diciendo su nombre frente a un espejo cinco veces, pero al aparecer, te mataría. ¿Quién sería capaz de cometer semejante acto solo para condenarse?


La cinta consiguió un par de secuelas antes de perderse prácticamente en el olvido, donde hubiera permanecido de no ser por un hombre y una mujer, que no iban a dejar morir a un personaje con tanto potencial: Jordan Peele y Nia DaCosta.



Aliandose en el guión con Win Rosenfeld, ambos se cuestionaron la forma de traer a Candyman a las nuevas audiencias, y la propia Nia se encargaría de dirigirla, con Jordan produciendo, un enorme gancho para la audiencia después de las aclamadas ¡Huye! (2017) y Nosotros (2019).


¿Pero cómo hacer relevante para nuestros tiempos a un personaje así?


Solo volviendo al inicio.



Anthony McCoy es un artista que vuelve a Cabrini Green, un barrio afroamericano que poco a poco fue relegado y gentrificado por millenials, quedando a poco de perder su identidad.


Mientras busca nuevas ideas para sus obras, debido a la presión que esto ejerce en el trabajo de su novia, Anthony decide investigar la historia del pueblo, descubriendo el caso de Helen Lyle (De la cinta original), y por consecuencia también a Candyman, descubrimiento que poco a poco va a torcer su vida.


La leyenda es más real de lo que Anthony creía, y no solo eso, sino que parece tener planes para nuestro protagonista.



Yahya Abdul Mateen II ya era reconocido, recientemente fue Doctor Manhattan en la aclamada Watchmen de HBO (Una de las mejores series de su año) y Black Manta en Aquaman de James Wan, pero aquí se nota inspirado. Fácilmente mueve la película con cada gesto, con cada frase, este es un papel que parece hecho a la medida y lo hace excelente, su dolor y su frustración son palpables, realmente te crees todo lo que le ocurre.



A su lado se encuentra Teyonah Parris, conocida recientemente como Monica Rambeau en WandaVision y próximamente en The Marvels (También dirigida por DaCosta), y si bien al principio no parece aportar mucho a la trama, el personaje va creciendo, se va desarrollando y logra hacer más efectivo todo el drama y el horror que contemplamos. Es además quien genera el mayor dramatismo en la película, un verdadero acierto.


Y mientras que Colman Domingo se roba gran parte de las escenas en qué aparece, hay alguien más invitado a esta cinta, y tienen que hablar de él.



Gran parte de lo que Candyman logró en su trilogía original fue gracias a Tony Todd. El hombre le puso todo su empeño en crear un monstruo memorable, cosa que le dió fama suficiente para ser invitado en la saga Destino Final y para que su voz resonara en los fans de DC cuando se hizo escuchar como Zoom en la segunda temporada de The Flash.


El anuncio de que iba a regresar en esta entrega pasó bastante desapercibido de forma injusta, pero verlo de nuevo vale completamente la pena. Todd está consciente de su papel, y le guarda un cariño muy especial al personaje que lo ayudó a encumbrarse, y por esto pone todo de sí por no decepcionar. El hombre se nota feliz de regresar al rol, y lo hace espectacular, da gusto ver que la chispa no ha desaparecido.



Y habiendo hablado de las actuaciones, vamos a lo más importante, el guión y todo lo que lleva consigo...


El trabajo de DaCosta, Peele y Rosenfeld demuestra amor por este símbolo y lo que significa, tal como en la cinta original, donde Helen Lyle teoría que el monstruo es la forma en la que los residentes de Cabrini Green lidian con la forma en que viven y la discriminación que sufren (El propio Candyman nace luego de una horrible tortura luego de cometer "el único error que alguien como él podría cometer", es decir, enamorarse de una chica blanca.


Es este amor, y tal la noción que tienen sobre la obra original, que la cinta se permite tomar referencia a lo que vino antes, pero sin dejar que esta los guíe, y es aquí donde viene lo más destacado a mi parecer:



Al principio, cuando escuches la historia de Candyman (Si viste la película original) posiblemente tus cejas se arqueen. No diré porqué, ustedes llegarán a ello, pero es solo el principio de una reconstrucción total al mito como lo conocemos.


Esto no es malo, al contrario, al notarlo la cinta adquiere una mayor dimensión y conciencia, encumbra finalmente a Candyman al punto en que nos lo han presentado desde hace casi treinta años, y lo vuelve reconocible para el momento que vivimos, y es justo esa la clase de revivals que los personajes del cine de terror necesitan. No contar su historia otra vez, sino expandir lo que conocemos con personas que amen lo que estos representan.



La fotografía es espectacular, y la música es un trabajo increíble, desde el principio mientras ves los créditos te pone tenso, y al final podría incluso hacerte llorar, mientras la secuencia de créditos utiliza el mismo estilo de títeres de sombra que vimos en los trailers, y que es un recurso ingenioso y efectivo para los flashbacks, todo gracias a una maravillosa labor en la dirección.


Este tipo de experiencias debería de transmitir el cine de terror. Actores increíbles y que demuestran amar sus papeles, un guión perfectamente construido, y que aunque puede volverse lento a veces, te deje con un buen sabor de boca. Por mucho es la mejor película de terror del año, y la prueba no solo de que Jordan Peele es un maestro del terror, sino también de que hay que seguir muy de cerca a Nia DaCosta, porque de seguro tiene un futuro brillante en el cine.


Calificación: 9/10

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